BENIDORM. El Servigroup Hoteles Benidorm, colista de la Liga Plenitude Asobal, está obligado a ganar sus dos partidos pendientes y a esperar las derrotas de sus rivales directos para evitar el que sería su primer descenso de la máxima categoría.

El equipo benidormense, que cumple su undécima temporada en la élite, solo ha sumado 15 puntos y está a tres de la zona de promoción de permanencia y de la salvación cuando restan cuatro en juego.

La situación del Benidorm es tan crítica que podría certificar su descenso matemático la próxima jornada, en el caso de perder o empatar en su visita al Cangas de Morrazo, conjunto que aún no ha certificado la salvación matemática.

En el caso de ganar, el equipo que dirige Marko Krivokapic deberá esperar a que Guadalajara, que recibe a Cuenca, y Helvetia Anaitasuna, que visita a Torrelavega, no sumen los dos puntos para llegar con vida a la última jornada.

Aunque gane sus dos partidos, el Benidorm necesita que Anaitasuna, Guadalajara y Ángel Ximénez no sumen dos puntos de los cuatro que restan.

La posibilidad de un triple o cuádruple empate con el resto de equipos implicados, incluido el Huesca, penúltimo, tampoco sería favorable para el Benidorm, que tiene el coeficiente particular perdido con todos los rivales.

La única opción para el Benidorm de salir airoso de un triple empate sería implicar al Ángel Ximénez, conjunto que suma 18 puntos, aunque para ello el equipo de Krivokapic debería sumar los cuatro en juego y su rival solo uno.

La última derrota ante Torrelavega ha dejado muy tocado anímicamente al vestuario y al entorno del club, que asume el más que probable descenso del equipo tras más de una década en la cima del balonmano español.

Los jugadores se han juramentado, de momento, para intentar llegar con vida a la última jornada ante el Nava Viveros Herol, aunque en el mejor de los casos seguirán dependiendo de los resultados de los demás.